miércoles, 16 de septiembre de 2009

Perdiendo

No es mi intención disfrutar escribiendo sobre la derrota porque la detesto, trato de evitarla a toda costa y cuando intuyo que puedo perder suelo no jugar. Pero acá jugue fuerte, arriesgando como nunca, exponiéndome al alcance de una pérdida dolorosa, y así fui ganando espacio sobre un territorio desconocido, dando el máximo pensando que podía verme visto a retroceder en cualquier momento. Por eso estuve atento, y cuando comenzaron a alejarse algunos objetivos me vi perdiendo influencia.
Y justo después que imaginé todo bajo control, empecé a perder claramente. Fue primero evidente para mi con las decisiones que tomé cuando me sentí inseguro y fuera de control y luego aún mas claro cuando volvieron como un duro golpe.
Ahora las alarmas suenan a derrota irreversible, un momento de furia, impotencia y soledad, y luego un vacío que se tranforma en espera, en deseo de llenar nuevamente esas ganas de avanzar.
Mientras tanto escribo para iluminar ese vacío que no se llena con palabras. Además, qué otra cosa podría hacer ahora si ya peleé dando todo contra varios enemigos, tratando de conquistar un territorio que parece no estar destinado a mi.
Ya no se trata de ganar o perder sino de retirarme o no a tiempo para dar otra batalla lo antes posible, porque me aterra tener que arrodillarme pero tambien me aterra no pelear hasta el final.
Lo único claro es que quiero un nuevo territorio, temprano o tarde o moriré intentando.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Para tener en cuenta:

Tener la oportunidad,
poder estar mas allá,
tan acostumbrado a no ser,
a desconfiar, a no ganar.

El mar se te abrio una vez,
se te abrio para no parar,
y vos no te despertaste,
lo arruinaste una vez mas.

Es tan perfecto que asusta.
¿Por qué nunca es justa la felicidad?
Saber elejir es lo que cuesta mas.
No cualquiera suma sin restar.

Sentis la electricidad
y no la sabes llevar.
Te quema, te paraliza,
no te deja reaccionar.

EL ENEMIGO PEOR,
ESE GRAN SABOTEADOR,
SIEMPRE SERA UNO MISMO
Y ESE MIEDO A ESTAR MEJOR.

Es tan perfecto que asusta.
¿Por qué nunca es justa la felicidad?
Saber elejir es lo que cuesta mas,
no cualquiera suma sin restar.


DITTO.